Thursday, October 19, 2006

Refugios azules

D lleva tres esperando a que aparezca I. Cuando lo haga, tendrán una conversación de ascensor, o ni siquiera la tendrán. Se enfadará con él y con ella misma y se irá a la cama con el cardias hecho un nudo. Tardará en dormirse.
L es más práctica, al menos, y se masturba mientras espera al señor U. No le contestará cuando éste le lance un saludo desesperado. Se acostará gorda de orgullo. Y sola.
K y F hablan de su futuro y de sus planes y esperan impacientes a que los padres se acuesten para su hora de sexo telefónico.
P ensaya para el concierto de mañana y mira de reojo la pantalla, deseando sin querer que le regale una barra naranja intermitente. Pero esta noche nadie piensa en P.
T experimenta con B y le exprime palabras para un poema.

Todos unidos mediante pulsos invisibles, tras sus trincheras luminosas y azules. Poniendo sobre el teclado las confesiones que nunca pondrán sobre la mesa del Café Café.
Y yo sobrevivo mi insomnio en mi salón sin tecnología. Mi salón verde y rojo y sin luces. Reabro los álbumes con Audrey de fondo –ahora mismo no soportaría a nadie más-, bebiendo leche en una copa de champán.
Y cuento los días hasta el 3 de Noviembre, hasta que la BT me devuelva a mis amigos.
Tan azules y tan solos como yo.

2 comments:

la señora de las especias said...

Esto marcha...!

la señora de las especias said...

Hola Ma!
Hace mucho que no te veo por aquí pero me alegre de tu último comentario en mi blog.
Sólo desearte un buen fin de semana.
Un abrazo.