Thursday, May 31, 2007

Moratones

Nos miras con la tristeza de las puertas cerradas –por ti-, mientras te convences de que lo nuestro no es lo normal, ni está bien. Reírnos tanto debe de ser pecado.

Disimulas soltura cuando pides un zumo en vez de una cerveza. Te recuerdo que aún tengo sin acabar aquella botella de vodka caro de hace cinco años y me miras asustada, con el terror que provoca el arrepentimiento. Pero él te ha entrenado, y recobras la compostura, y haces como que te ríes de aquellas insensateces adolescentes e insanas. Ahora sólo tomas comida orgánica, me recitas las calorías de mis magdalenas gigantes y llevas tres años sin probar el alcohol.

Le mientes cuando te pregunta dónde estás. Y nos pides despavorida que te llevemos cuanto antes a casa.

Me llamas cada dos días, a escondidas, desde el teléfono del trabajo para que no te pueda rastrear las facturas. No hablas de nada, pero necesitas recordarte que aún no has perdido el contacto con el mundo.

Aparentas fascinación ante la idea de pasarte el sábado limpiando la casa y mirando al techo. Rechazas todas mis ofertas con la impotencia de los esclavos.

Tenéis una cita en Agosto con el cura y tu vestido blanco y la futura suegra que te trata como a una puta -lo he visto-. Y nosotros estaremos allí, con ropa elegante y los puños cerrados, observando impávidos tu destrucción. Seré la madrina de alguno de tus hijos, ésos que él quiere que tengas cuanto antes para aliviarte la necesidad de hablar con nadie más. Aprenderás su infernal idioma, las recetas de su madre y morirás con el alma amoratada y sola.

Dime, por favor, cómo coño te desprogramo. Cómo despierto a la jovencita que me obligaba a beber vodka con pimienta y me arrastraba a las fiestas del lago.

Cómo te digo que la tranquilidad está al alcance de un “vete a paseo, pedazo de freak sexista”.
Que las únicas normas son las que te impones tú, no tu padre ni tu cultura, y que la vida no acaba a los 22.
Que nadie te puede ordenar cuándo casarte, dónde vivir, cuándo tener hijos, cómo comer, cómo dormir, o cómo follar.

Y que aunque no te ponga la mano encima, cariño, ese pedazo de cabrón te está maltratando.

2 comments:

Anonymous said...

me gusta mucho tu blog. me gustaria tener tu msn o algo. en verdad me gusto mucho y si. es mejor que tener sicologo.

la señora de las especias said...

Holaa! gracias por el comentario que dejaste en mi blog! ahora no tengo internet en casa y apenas tengo acceso en otro lugar. me he venido a vivir a mi pueblo, donde vivia cuando era pequeña y es muy pero que muy tranquilo. me gusta muchisimo la vida que tengo aqui pero ...NO TENGO INTERNET!!!!!!!!!
un gran abrazo y dile a ese hijo de puta que tome un kilo de guindillas y le coman los remordimientos.
un gran abrazo.